(Para ler esse post em português clica em: Hora e meia, nem mais nem menos)

Llegó el momento. Cojo el casco y mi incansable compañera de aventuras de dos ruedas y salgo con rumbo cierto. Hora y media, ni más ni menos. Durante ese tiempo mis músculos se entremezclan con el engranaje de mi bicicleta. Ella y yo nos hacemos una. Piernas y ruedas, músculos y rodamientos caminan a la perfección y puedo volar. Me pierdo entre naranjos, desafío las montañas y no me doy cuenta de la gravedad. Soy apenas yo, sintiendo el aire contra la cara. Soy apenas yo. No soy madre, no soy esposa, no soy mujer. No es un desafío, ni tan poco una meta, es apenas el usucfruto de la vida en si misma. Mientras vuelo entre los naranjos, montañas y carreteras rurales, nadie me nota. Nadie me observa a parte de mi Creador, y sé que él sonríe mientras me ve, porque sabe que este «yo», como todas las demás partes de mí, también es feliz.
Actividad de Desconexión
Hora y media es el tiempo que tengo entre que dejo mi niño en el cole, por la tarde, y que tengo que regresar a buscarle. Aprovecho este tiempo, tres veces a la semana, para desconectarme de los afanes del día a día. Y la verdad es que me ayuda mucho. He decidido compartir eso, porque he notado que desde que hago esa actividad me siento mucho mejor. La llamo de ACTIVIDAD DE DESCONEXIÓN, porque me ayuda a desconectarme de los problemas y airear el cerebro. A lo mejor me dices que escribir ya te ayuda a desconectarte, pero, te garantizo que hacer una actividad al aire libre, te ayudará aún más.
Desde entonces soy más creativa y tengo menos estrés. Mi marido también me dijo que la relación familiar ha mejorado mucho, porque me siento menos cansada y esto se refleja en como enfrento los problemas día a día. Así que, venga, ¡anímate! Haz tu también una actividad de desconexión.
Durante este tiempo también me gusta hacer fotografías. Te dejo algunas para que veas como es bella mi Castellón.




¡Cuéntame! ¿Tienes alguna actividad de desconexión al aire libre? Espero tus comentarios. Acuérdate que la Caja de Imaginación es un instrumento de comunicación bilateral, así que cuento con tus aportaciones y comentarios.
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Esto me recuerda a que hace años yo mismo practicaba esta actividad de desconexión. No disfrutaba de tan bellos paisajes, pero las tardes del viernes y el sábado las pasaba sobre una bici de montaña descubriendo los alrededores.
Ahora, la pereza y la falta de espació donde poder guardar la bicicleta hacen que añore esos momentos, momentos únicos y ciertamente relajantes.
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Hola Carles. Te comprendo completamente. También he pasado por ahí. Cuando llegué a España, conocedor de mi amor por los deportes de montaña, mi marido me regaló una estupenda bici, pero me pasó lo mismo que a ti: Me parecía un rollo bajar del piso con la bici, y después donde dejarla… además vivía en el centro de la ciudad y no me apetecía para nada cruzarla para ir a la montaña… vamos que la dejé aparcada, polvorienta y triste. Hasta que el año pasado, después de una pérdida personal, he resuelto que necesitaba volver a las montañas… así que lo hice. Después que coges ritmo a no lo dejas, y aquí estoy. Pues, ¡Anímate! Vuelve a pedalear, tengo certeza que te dio ganas de volver después de leer mi entrada, ¿verdad? Un fuerte abrazo.
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Genial tu sugerencia y las fotografías más ¡Qué buena vista!
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¡Gracias! Me encanta compartir lo que lo bonito que encontro por el camino. Gracias por pasarte por aquí.
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