El Pescador y el Genio: análisis simbólico de un cuento polisémico.

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Pecador Esp

El año se termina y no me gustaría despedirme de 2017 sin dejaros un regalito más. Así que hoy os dejaré uno de mis cuentos favoritos, el cual utilizo mucho en los talleres y actividades que realizo. Se trata de «El Pescador y el Genio», también conocido como «El Pescador y el Efrit», que compone las historias del libro «Las mil y una noches», narradas por la bella Sheherezad al rey.

El Pescador y el Genio es un cuento polisémico. Los cuentos polisémicos  son aquellos que poseen personajes arquetípicos y muchos símbolos,  además «son aquellos en los cuales entram los elementos maravillosos y sobrenaturales, mezclados con elementos sacados de la realidad.» (Aurelio Espinosa)

«El pescador y el genio» relata cómo un pobre pescador lanza la red al mar cuatro veces. Primero coge un asno muerto, la segunda vez un jarro lleno de arena y lodo. Al tercer intento consigue todavía menos que en los anteriores: cascos y vidrios rotos. A la cuarta vez, el pescador saca una tinaja de cobre. Al abrirla, brota una enorme nube que se materializa en un gigantesco genio que amenaza con matarle, a pesar de las súplicas del pescador. Éste se salva gracias a sus engaños: burla al genio retándole a hacerse pequeño y meterse en la tinaja. Entonces el pescador tapa y precinta rápidamente la tinaja y la arroja de nuevo al mar.

He decidido compartir con vosotros este material porque estaré subiendo algunas entradas donde hablaré sobre actividades en las cuales he utilizado este cuento, tanto con niños, como adolescentes y adultos. Este cuento me ha servido para trabajar temáticas bastante distintas, como la impulsividad (con niños con tdah); adicciones; cambio de actitudes para alcanzar objetivos etc.

Además, dejaré um Análisis Simbólico que realicé, eligiendo los siguientes símbolos: 

  1. Pescador
  2. Genio (Efrit)
  3. El número 4 (cuatro pesados bultos – 4 siglos – 4 familiares (mujer y tres hijos).
  4. La Tinaja de Cobre y el sello de plomo

Claudine Bernardes – analisis simbolico cuento el genio y el pescador Si tienes alguna duda, pregunta o sugerencia escríbeme utilizando el formulario abajo. Gracias por pasarte y inscríbete para recibir mis actualizaciones.   (Además de la versión abajo, dejo un enlace a una versión más completa)

El genio y el pescador

Había una vez un pescador de bastante edad y tan pobre que apenas ganaba lo necesario para alimentarse con su esposa y sus tres hijos. Todas las mañanas, muy temprano, se iba a pescar y tenía por costumbre echar sus redes no más de cuatro veces al día. Un día, antes de que la luna desapareciera totalmente, se dirigió a la playa y, por tres veces, arrojó sus redes al agua. Cada vez sacó un bulto pesado. Su desagrado y desesperación fueron grandes: la primera vez sacó un asno; la segunda, un canasto lleno de piedras; y la tercera, una masa de barro y conchas.

En cuanto la luz del día empezó a clarear dijo sus oraciones,  como buen musulmán; y se encomendó a sí mismo y sus necesidades al Creador. Hecho esto, lanzó sus redes al agua por cuarta vez y, como antes, las sacó con gran dificultad. Pero, en vez de peces, no encontró otra cosa que un jarrón de cobre dorado, con un sello de plomo por cubierta. Este golpe de fortuna regocijó al pescador.

—Lo venderé al fundidor —dijo—, y con el dinero compraré un almud de trigo.

Examinó el jarrón por todos lados y lo sacudió, para ver si su contenido hacía algún ruido, pero nada oyó. Esto y el sello grabado sobre la cubierta de cobre le hicieron pensar que encerraba algo precioso. Para satisfacer su curiosidad, tomó su cuchillo y abrió la tapa. Puso el jarrón boca abajo, pero, con gran sorpresa suya, nada salió de su interior. Lo colocó junto a sí y mientras se sentó a mirarlo atentamente, empezó a surgir un humo muy espeso, que lo obligó a retirarse dos o tres pasos. El humo ascendió hacia las nubes y, extendiéndose sobre el mar y la playa, formó una gran niebla, con extremado asombro del pescador. Cuando el humo salió enteramente del jarrón, se reconcentró y se transformó en una masa sólida: y ésta se convirtió en un Genio dos veces más alto que el mayor de los gigantes.

A la vista de tal monstruo, el pescador hubiera querido escapar volando, pero se asustó tanto que no pudo moverse.

 El Genio lo observó con mirada fiera y, con voz terrible, exclamó:

—Prepárate a morir, pues con seguridad te mataré.
—¡Ay! —respondió el pescador—, ¿por qué razón me matarías?
Acabo de ponerte en libertad, ¿tan pronto has olvidado mi bondad?
—Sí, lo recuerdo —dijo el Genio—, pero eso no salvará tu vida. Sólo un favor puedo concederte.
—¿Y cuál es? —preguntó el pescador.
—Es —contestó el Genio— darte a elegir la manera como te gustaría que te matase.
—Mas, ¿en qué te he ofendido? —preguntó el pescador—.
¿Esa es tu recompensa por el servicio que te he hecho? —No puedo tratarte de otro modo —dijo el Genio—. Y si quieres saber la razón de ello, escucha mi historia:

“Soy uno de esos espíritus rebeldes que se opusieron a la voluntad de los cielos. Salomón, hijo de David, me ordenó reconocer su poder y someterme a sus órdenes. Rehusé hacerlo y le dije que más bien me expondría a su enojo que jurar la lealtad por él exigida. Para castigarme, me encerró en este jarrón de cobre.

“Y a fin de que yo no rompiera mi prisión, él mismo estampó sobre esta etapa de plomo su sello, con el gran nombre de Dios sobre él. Luego dio el jarrón a otro Genio, con instrucciones de arrojarme al mar.

“Durante los primeros cien años de mi prisión, prometí que si alguien me liberaba antes de ese período, lo haría rico. Durante el segundo, hice juramento de que otorgaría todos los tesoros de la tierra a quien pudiera liberarme. Durante el tercero, prometí hacer de mi libertador un poderoso monarca, estar siempre espiritualmente a su lado y concederle cada día tres peticiones, cualquiera que fuese su naturaleza. Por último, irritado por encontrarme bajo tan largo cautiverio, juré que, si alguien me liberaba, lo mataría sin misericordia, sin concederle otro favor que darle a elegir la manera de morir.”

—Por lo tanto —concluyó el Genio—, dado que tú me has liberado hoy, te ofrezco esa elección. El pescador estaba extremadamente afligido, no tanto por sí mismo, como a causa de sus tres hijos ,y la forma de mi muerte, te conjuro, por el gran nombre que estaba grabado sobre el sello del profeta Salomón, hijo de David, a contestarme verazmente la pregunta que voy a hacerte.

El Genio, encontrándose obligado a dar una respuesta afirmativa a este conjuro, tembló. Luego, respondió al pescador:
—Pregunta lo que quieras, pero hazlo pronto.
—Deseo saber —consultó el pescador—, si efectivamente estabas en este jarrón. ¿Te atreves a jurarlo por el gran nombre de Dios?
—Sí —replicó el Genio—, me atrevo a jurar, por ese gran nombre, que así era.
—De buena e —contestó el pescador— no te puedo creer. El jarrón no es capaz de contener ninguno de tus miembros. ¿Cómo es posible que todo tu cuerpo pudiera yacer en él?
—¿Es posible —replicó el Genio— que tú no me creas después del solemne juramento que acabo de hacer?
—En verdad, no puedo creerte —dijo el pescador—. Ni podré creerte, a menos que tú entres en el jarrón otra vez.

De inmediato, el cuerpo del Genio se disolvió y se cambio a sí mismo en humo, extendiéndose como antes sobre la playa. Y, por último, recogiéndose, empezó a entrar de nuevo en el jarrón, en lo cual continuó hasta que ninguna porción quedó afuera. Apresuradamente, el pescador cogió la cubierta de plomo y con gran rapidez la volvió a colocar sobre el ron.

—Genio —gritó—, ahora es tu turno de rogar mi favor y ayuda. Pero yo te arrojaré al mar, d encontrabas. Después, construiré una casa playa, donde residiré y advertiré a todos los pescadores que vengan a arrojar sus redes, para que se de un Genio tan malvado como tú, que has hecho juramento de matar a la persona que te ponga e libertad. El Genio empezó a implorar al pescador —Abre el jarrón —decía—; dame la libertad te prometo satisfacerte a tu entero agrado. Eres un traidor —respondió el pescado. volvería a estar en peligro de perder mi vida, tan loco como para confiar en ti.

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Allá voy: III Encuentro de Cuentoterapia

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¡Qué contenta estoy! Solo estoy pasando para contarles que este fin de semana ocurre el maravilloso Encuentro Internacional de Cuentoterapia, y allí estaré para disfrutar de todo. Abriré todos los sentidos para retener todo lo posible. Después les contaré un podo de como ha sido.

Hay temas muy interesantes. Podéis ver la programación abajo:

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Cuando la tristeza se disfraza de furia: Una actividad para desarrollar la conciencia emocional.

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Tapa Actividad Iceberg - Educación Emocional - Claudine Bernardes

Hola, ¿Qué tal? Hoy os propondré una actividad  para desarrollar la conciencia emocional. La he llamado  “El Iceberg”. Esta actividad puede ser vista como un juego, y la puedes hacer tanto con niños de primaria, como con adolescentes o adultos. La he puesto en marcha con mi guapo de prueba, formado por 7 niños de entre 6 y 11 años. En este grupo hay niños con situaciones muy diversas, como: TDAH, altas capacidades, TEL (trastorno específico del lenguaje). Les ha encantado hacer las actividades propuestas. Después te 3 semanas de prueba he resuelto hacer algunas alteraciones. También la he desarrollado (en parte) con un grupo de adolescentes.

Pero antes te quiero hablar un poco sobre la Conciencia Emocional.

¿Qué es la Conciencia emocional?

CONCIENCIA EMOCIONAL es la capacidad de reconocer un sentimiento en el mismo momento en el que aparece, lo que constituye la piedra angular de la Inteligencia Emocional.

El niño no posee un conocimiento emocional innato de las situaciones y conflictos. La percepción de nuestras propias emociones implica saber prestar atención a nuestro propio estado interno. Pero estamos muy poco acostumbrados a hacerlo y es preciso aprenderlo desde pequeños. También es importante evaluar su intensidad: es preciso detectarlas en el momento en que aparecen, con poca intensidad en principio para ser capaces de controlarlas sin esperar a que nos desborden.

Muchos no hemos ejercitado nuestra conciencia emocional cuando éramos niños, y esto dificulta la cosa ahora que somos adultos, ¿no crees? Así que debemos empezar a trabajar en ello. Lo mejor es que lo podemos hacer desde casa y en familia, también en el aula o en consulta.

Me acuerdo que a veces iba a recoger mi hijo al colegio y él me decía: – Mamá, me siento aburrido. – Confieso que al principio me molestaba escucharle decir que estaba aburrido, pero después empecé a poner mas atención al tema y con tranquilidad le preguntaba mientras caminábamos:

– ¿Cariño, tu por qué crees que estás aburrido? – Creo que es porque no tengo ganas de hacer nada. – ¿Y eso? Un niño tan creativo como tu siempre tiene cosas chulas para hacer. – Pero, creo que estoy cansado.

Ahí estaba el problema, él no se sentía aburrido, se sentía cansado, pero no sabía exactamente como identificar ese sentimiento.

Eso nos pasa a todos, adultos y niños. A veces la tristeza se disfraza de rabia o el miedo de frustración. Eso puede ser un problema de cara a nuestra relación interpersonal, generando serios conflictos con los demás.

 

Sugerencias para desarrollar la conciencia emocional

1. Aceptar que no lo tenemos claro: Todos nos hacemos un lío cuando de emociones se trata. Debemos tener claro que a veces el sentimiento que se observa expresado en nuestro rostro o en el rostro de otros es apenas «la punta del iceberg», una reacción a otro sentimiento que se encuentra escondido más abajo, más adentro y en lo más profundo de nosotros. El cuento de Jorge Bucay que te propongo hoy puede ayudarte a crear esta conciencia.

 

2. Preguntar y peguntarte: Como dice mi marido, a veces hay que quitar con cuchara la información. ¿De donde nació este sentimiento? ¿Qué lo provocó? ¿Hay otros sentimientos encadenados él?

 

3. Conocer las Emociones: Es importante saber como es cada emoción: como la sentimos interiormente; como se expresa exteriormente; cual es el lenguaje que se utiliza cuando la sentimos; la expresión corporal (a través de mi cuento «Carlota no quiere hablar» y el Proyecto de Educación Emocional que pongo a vuestra disposición gratuitamente en pdf es posible trabajar esta habilidad) .

 

Ahora vamos a ver cómo apliqué la actividad:

1. Contar el cuento «La Furia y la Tristeza»:

Es una excelente manera de que los participantes puedan comprender la complejidad de los sentimientos.

La Furia y la Tristeza

En un reino encantado donde los hombres nunca pueden llegar, o quizás donde los hombres transitan eternamente sin darse cuenta…
En un reino mágico, donde las cosas no tangibles, se vuelven concretas…
Había una vez… un estanque maravilloso.

Era una laguna de agua cristalina y pura donde nadaban peces de todos los colores existentes y donde todas las tonalidades del verde se reflejaban permanentemente…

Hasta ese estanque mágico y transparente se acercaron a bañarse haciéndose mutua compañía, la tristeza y la furia.
Las dos se quitaron sus vestimentas y desnudas las dos entraron al estanque.
La furia, apurada (como siempre esta la furia), urgida -sin saber porqué- se baño rápidamente y mas rápidamente aun, salió del agua…

Pero la furia es ciega, o por lo menos no distingue claramente la realidad, así que, desnuda y apurada, se puso, al salir, la primera ropa que encontró…
Y sucedió que esa ropa no era la suya, sino la de la tristeza…
Y así vestida de tristeza, la furia se fue.

Muy calma, y muy serena, dispuesta como siempre a quedarse en el lugar donde está, la tristeza terminó su baño y sin ningún apuro (o mejor dicho, sin conciencia del paso del tiempo), con pereza y lentamente, salió del estanque.
En la orilla se encontró con que su ropa ya no estaba.

Como todos sabemos, si hay algo que a la tristeza no le gusta es quedar al desnudo, así que se puso la única ropa que había junto al estanque, la ropa de la furia.

Cuentan que desde entonces, muchas veces uno se encuentra con la furia, ciega, cruel, terrible y enfadada, pero si nos damos el tiempo de mirar bien, encontramos que esta furia que vemos es solo un disfraz, y que detrás del disfraz de la furia, en realidad… está escondida la tristeza. (Del libro de Jorge Bucay: “Cuentos Para pensar” – Página web de Jorge Bucay – http://www.bucay.com)

 2. Enseñar el Iceberg

He dibujado un Iceberg que lo puedes proyectar o imprimir y poner en la pared. Yo lo imprimí en A3 y lo puse en la pared para ilustrar lo que estaba explicando. Está al final del material en negro y blanco. El Iceberg es una metáfora visual muy interesante para enseñar sobre los sentimientos ocultos. Los grupos con los cuales trabajé este material han podido comprender muy bien toda la explicación a partir del Iceberg y después, hemos complementado la actividad con las fichas para poner los emoticonos, conforme la explicación abajo.

Como ya hemos hablado hay sentimientos que son solamente la expresión externa de otros sentimientos aún más profundos. Así la rabia puede ser solamente la punta del iceberg para sentimientos que están escondidos y mezclados como pueden ser: el miedo, la frustración, la soledad. Después de contar el cuento de Jorge Bucay «La Furia y la Tristeza» puedes enseñar al grupo EL ICEBERG, y como hay sentimientos ocultos, disfrazados. En la punta del iceberg vemos un sentimiento que nos parece muy claro, pero más abajo, en las profundidades hay otros sentimientos que los podemos encontrar cuando nos preocupamos en hablar con la persona, hacerles preguntas, porque a veces ella misma desconoce lo que realmente está sintiendo.

3. Cuentacuentos:

Elija un cuento donde los personajes vivan una serie de situaciones y a través de sus conductas expresen sus sentimientos. Más abajo he puesto algunos cuentos como sugestión. Al contar el cuento es importante identificar algunos sentimientos para que sirvan de base a los que se van a buscar en la «profundidad». Ejemplo: si estás contando el cuento de Blanca Nieves puedes decir que ella sentía un verdadero miedo al haberse quedado sola en el bosque, después que fue abandonada por el hombre encargado de matarla. Ese sentimiento de miedo sirve como base (punta del iceberg – o centro de la ficha) para buscar otros sentimientos escondidos. Durante la actividad (juego) ese sentimiento base nombrado durante el Cuentacuentos servirá de punto de partida para identificar otros sentimientos. Ayudarás al grupo a identificar estos sentimientos a través de preguntas: ¿El bosque no es un lugar bonito? ¿porqué una persona que está en el bosque puede sentir miedo? ¿Ella estaba solo o acompañada? ¿Será que ella estaba acostumbrada a estar sola en el bosque? A partir de las preguntas podremos identificar otros sentimientos que culminaban en el miedo, que pueden ser: soledad, inseguridad, decepción etc.

Este material se presta para muchas sesiones. Puedes trabajar con muchos cuentos diferentes.

DESPUÉS DE CONTAR EL CUENTO, SE PUEDE:

  • Colorear el iceberg;
  • Elegir un personaje y un momento en el cuento para analizar un sentimiento base y descubrir los sentimientos ocultos.

Además también puedes utilizar las fichas con emoticonos una vez el grupo ya tenga comprendido la actividad. Hay 4 modelos de fichas base para utilizar: Amor, Ira/Rabia, Aburrimiento, Ficha en blanco. Junto a estas también están los emojis o emoticonos expresando diferentes emociones. Hay que imprimir todas de la manera que más te convenga. Yo, por ejemplo, imprimí las fichas y los emoticonos y los plastifiqué. También imprimí muchas fichas en blanco para que los niños pudieran dibujar las emociones y colorear.

 

Hecho esto pasaremos al juego:

Entrenando con los sentimienHaga primero el juego sin introducir historia os situaciones, solo hablando de los sentimientos:

  1. Cada persona tendrá una ficha y todos los emoticonos. El sentimiento que está en el centro, ej. (Rabia) es el que se ve expresado en la persona (punta del Iceber), pero hay otros sentimientos que pueden estar escondidos, tocando y provocando este sentimiento central. Así que hay que poner en las extremidades (Círculos vacíos) los emoticonos que se cree conveniente. Ej. Rabia (miedo – cansancio – tristeza)
  2. También se puede utilizar la ficha en blanco para: Elegir el sentimiento Iceberg (central) que puede ser uno de los emoticonos o se puede escribir.

Cuando los participantes ya conozcan un poco más sobre los sentimientos se puede hacer el juego después de un cuentacuentos.

Painel Iceberg foto
Exposición de parte del material: Actividad El Iceberg

SUGERENCIAS DE CUENTOS

Propuesta: El Genio y el Pescador:

Genio:

  1. a)  ¿que sentimiento expresaba el genio cuando salió del jarrón? (Furia)
  2. b)  Ahora piensa cuánto tiempo estuvo en preso en el jarrón. Qué pensó durante este tiempo? ¿Qué sentimientos pudo sentir?
  3. c)  ¿La furia que sentía tenía otros sentimientos escondidos? ¿El Genio sentir soledad durante este tiempo? ¿Le gustaría regresar a su prisión?

Pescador:

a) ¿Qué sintió el Pescador cuando el Genio dijo que le mataría? (Miedo)
b) ¿El tenía familia? ¿Qué podría pasar a su familia si el muriera?
c) ¿Qué otros sentimientos pudo haber sentido el Pescador frente a las amenazas del Genio?

Otras historias sugeridos:

1- El Patito Feo;
2 – El traje nuevo del emperador;
3 – La Cenicienta;
4 – El Principito (es más largo pero se podría hacer con adolescentes, con el libro como lectura sugerida)
5 – La Avispa Ahogada.
6 – La Parábola del hijo pródigo;
7 – David y Goliat.

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