Cuentos con Actividad: La Ventana Mágica, de Anabel Capapey

Se acerca el fin de curso y muchos niños y niñas dejarán el encantador mundo de la escuela de infantil para adentrarse en el novedoso mundo de primaria. Para ayudar en este trance  os quiero presentar el cuento  «La ventana Mágica» escrito por la cuentoterapeuta  Ana Isabel García Capapey.
La Ventana Mágica Anabel Capapey ana isabel
Este cuento nos cuenta la historia de la Clase de los Patitos, que durante tres años han estudiado juntos, forjando una preciosa amistad y un lazo muy fuerte con su maestra. Pero el tiempo de estar en infantil está llegando a su final, y este grupo de ositos no quiere dejar atrás estos bellos momentos vividos. Son demasiados cambios, y ellos buscan la forma de permanecer en infantil. En este momento se encuentran con una ventana mágica, y a través de esta ventana consiguen observar qué les pasaría si continuaran frecuentando las clases de infantil. Observan que empiezan a hacer cosas que ya han hecho, su día a día empieza a ser una repetición de todas las cosas que ya aprendieron, y no les supone un reto. Además los otros niños siguen su proceso de aprendizaje en primaria, empiezan a leer y a aprender nuevas cosas, pero ellos no consiguen aprender nada nuevo. A través de la ventana mágica los osos comprenden que ya llegado el momento de un cambio, y para ello deben ir a primaria, lo que a partir de esta experiencia lo aceptan gustosamente.

Los cambios suponen dejar cosas atrás, soltar bagajes antiguos  y coger en brazos lo nuevo que se presenta. A veces estos cambios son difíciles tanto para los niños como para los padres, que durante tres años han compartido tiempo, experiencias y sentimientos con la Profe de infantil. Cuando mi hijo pasó de infantil a primaria, confieso que fue difícil para mí, estaba tan acostumbrada a tratar con su profesora, que me ocasionaba inseguridad el cambio. Pero los cambios son necesarios, y en mi caso tuve la bendición que  a mi hijo le tocara una excelente profesora, que aceptó gustosamente el reto de enseñar y educar a un niño con TDAH.

A veces toca cerrar círculos, y en todas las culturas los ritos de paso son esenciales, como la fiesta de fin de curso que hacen en la escuela. Si tu hijo, hija o alumnos están a punto de pasar a otro curso os recomiendo que trabajéis con ellos «La Ventana Mágica».

También os dejo algunas sugerencias de actividades que podéis hacer para preparar a los niños para el cambio de curso:

1. Introducción: antes de contar el cuento podéis pasar un tiempo charlando para ver qué piensan los niños sobre el cambio que se avecina. Comentar que ya se acerca el fin de curso y que en el siguiente curso ellos se irán con otra profesora. Hacer preguntas para ver que dicen y si tienen recelos en relación al cambio.

2. Cuentacuentos: ahora que ya hubo un acercamiento emocional a la situación, llegó el momento de contar la historia.

3. Charla: aquí es bueno hacer preguntas a los niños, para ver si ellos han comprendido la historia. Encontrar semejanzas entre la historia y la situación que ellos están viviendo. Incluso en medio al Cuentacuentos se podría hacer preguntas. Hablar sobre cosas buenas e interesantes que aprenderán y harán en en primaria.

4. Ficha 1: colorear la ficha uno. Objetivando fijar los conceptos y símbolos aprendidos con el cuento. Solo necesitas copiar el archivo abajo.

Actividad cuento La ventana mágica colorear

 

4. Vamos de paseo: hacer un paseo de reconocimiento con los niños por la zona de primaria. Llevarles a jugar o hacer alguna actividad en el patio de los mayores. Visitar la biblioteca. Ir a una de las clases de primero de primaria para que vean cómo es. La metáfora de esta tarea es que los niños estarán mirando a través de «La ventana mágica» su futuro en primaria. Es una actividad simbólica muy potente.

5. Ventana mágica: Hacer una ventana mágica entre todos, decorarla. Después cada niño podrá ponerse delante de la ventana, y mirando a través de ella decir lo que espera de primaria. O cosas que quiere hacer cuando esté en primaria, puede incluso ser algo que ocurra fuera del cole.

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6. Ficha 2: utilizar la ficha 2 para hacer un dibujo de cómo el niño o niña se ve en primaria. Cosas que le gustaría hacer, juegos en el patio de los mayores, amigos con los cuales jugaría etc.

La ventana mágica para colorear anabel capapey

7. Para finalizar se podría hacer que cada niño y niña se llevara el cuento a casa un día de la semana, para leerlo con sus padre. Así padres e hijos podrían hablar de los cambios que vendrán.

A veces los cambios pueden suponer un gran esfuerzo emocional para alcanzar la adaptación. Preparar los niños para los cambio es una forma de educar su emocionalid y hacerles más fuertes y adaptativos.

¿Qué te pareció esta actividad? Te invito a compartirla en tus redes sociales para que pueda ser de ayuda a otros.

Sobre la Autora:
Anabel García Capapey. Licenciada en Derecho, en posesión del C.A.P. Terapeuta Gestal. Cuentoterapeuta. Instructora en Risoterapia y formada en el programa SAT de Claudio Naranjo.  He conocido Anabel en persona en el último encontro de Cuentoterapia que hubo en Madrid (aún que ya seguía su trabajo antes), y desde el primer momento hemos conectado muchísimo. Es una de estas personas que hacen de su corazón un hogar, y me ha encantado conocerla.
Correo electrónico: anabelgarciacapapey@gmail.com
Facebook: Anabel García Capapey
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El Perfume de la Maestra: una historia para compartir.

Ayer he recibido dos mensajes que me  conmovieron. Dos educadoras hablando sobre los problemas de sus alumnos y buscando maneras alternativas de ayudarlos, y los problemas que estos, que eran niños conflictivos, tenían en el colegio, tanto con sus compañeros, como con otros profesores. Vi en ellas el amor y el deseo de ayudar. Así que, hoy no voy a contar historia para niños, contaré algo para los maestros. Es importante que podáis comprender como vuestros actos pueden transformar vidas. Te ruego que compartas esta historia con otras personas, y que entre todos podamos despertar el corazón cansado de muchos maestros, que a lo mejor se han olvidado que la educación es un acto de amor.

historia professora

El perfume de la maestra

El primer día de clase, la maestra doña Tomasa les dijo a sus alumnos de quinto grado, que ella siempre trataba a todos por igual, que no tenía preferencias ni tampoco maltrataba ni despreciaba a nadie.

Muy pronto comprendió lo difícil que le iba a resultar cumplir sus palabras. Había tenido alumnos difíciles, pero nadie como Pedrito. Llegaba al colegio sucio, no hacía las tareas, pasaba todo el tiempo molestando o dormitando, era un verdadero dolor de cabeza. Un día no aguantó ya más y se dirigió a la dirección.

– Yo no soy maestra para soportar la impertinencia de un niño malcriado. Me niego a aceptarlo por más tiempo en mi clase. Ya casi son las vacaciones de Navidad, espero no verlo cuando volvamos en Enero.

La directora la escuchó con atención, y sin decirle nada, revisó los archivos y puso en las manos de doña Tomasa el libro de vida de Pedrito. La profesora lo comenzó a leer por deber, sin convicción. Sin embargo, la lectura le fue arrugando el corazón:

La maestra de primer grado había escrito: “Pedrito es un niño muy brillante y amigable. Siempre tiene una sonrisa en los labios y todos le quieren mucho. Entrega sus trabajos a tiempo, es muy inteligente y aplicado. Es un placer tenerlo en mi clase”.

La maestra de segundo grado: “Pedrito es un alumno ejemplar con sus compañeros. Pero últimamente se encuentra triste porque su mamá padece una enfermedad incurable”

La maestra de tercero: “La muerte de su mamá ha sido un golpe insoportable. Ha perdido el interés en todo y se pasa el tiempo llorando. Su papá no se esfuerza en ayudarlo y parece muy violento. Creo que lo golpea.”

La maestra de cuarto: “Pedrito no demuestra interés alguno en clase. Vive cohibido y cuando intento ayudarle y preguntarle qué le pasa, se encierra en un mutismo desesperanzador. No tiene amigos y está cada vez más aislado y triste”

Por ser el último día de clase antes de las Navidades, todos los alumnos le llevaron a Doña Tomasa unos hermosos regalos envueltos en fino y coloridos papeles. También Pedrito le llevó el suyo envuelto en una bolsa de papel. Doña Tomasa fue abriendo los regalos de sus alumnos y cuando mostró el de Pedrito, todos los compañeros se echaron a reír al ver su contenido: un viejo brazalete al que le faltaban algunas piedras y un frasco de perfume casi vacío. Para cortar por lo sano con la risa de los alumnos, Doña Tomasa se puso con gusto el brazalete y se echó unas gotas de perfume en cada una de las muñecas. Ese día, Pedrito se quedó el último al salir de clase y le dijo a su maestra: “Doña Tomasa, hoy usted huele como mi mamá”

Esa tarde, sola en su casa, Doña Tomasa lloró un largo rato. Y decidió que en adelante, no solo iba a enseñar a sus alumnos lectura, escritura, matemáticas… sino sobre todo, que los iba a querer y les iba a educar el corazón. Cuando se reincorporaron a clase en enero, Doña Tomasa llegó con el brazalete de la mamá de Pedrito y con unas gotas de perfume. La sonrisa de Pedrito fue toda una declaración de cariñoso agradecimiento. La siembra de atención y cariño de Doña Tomasa fue fructificando en una cosecha creciente de aplicación y cambio de conducta de Pedrito. Poco a poco, fue volviendo a ser aquel niño aplicado y trabajador de sus primeros años de la escuela. Al final del curso, a Doña Tomasa le costaba cumplir sus palabras de que, para ella, todos los alumnos eran iguales, pues sentía una evidente predilección por Pedrito.

Pasaron los años, Pedrito se fue a continuar sus estudios en la universidad y doña Tomasa perdió contacto con él. Un día recibió una carta del doctor Pedro Altamira, en la que le comunicaba que había terminado con éxito sus estudios de medicina y que estaba a punto de casarse con una muchacha que había conocido en la universidad. En la carta le invitaba a la boda y le rogaba que fuera su madrina de boda.

El día de la boda, Doña Tomasa volvió a ponerse el brazalete sin piedras y el perfume de la mamá de Pedrito. Cuando se encontraron, se abrazaron muy fuerte y el Doctor Altamira le dijo al oído: “Todo se lo debo a usted, Doña Tomasa”. Ella, con lágrimas en los ojos, le respondió: “No, Pedrito, la cosa sucedió al revés, fuiste tú quien me salvaste a mí y me enseñaste la lección más importante de la vida, que ningún profesor había sido capaz de enseñarme en la universidad: me enseñaste a ser maestra”.

¿Cuál es tu perfume?