(Para ler o texto em Português clica em: Meu presente para Drummond)
¡Hola amigos! Hoy olvídense de Halloween, que esta fiesta horrible nada de bueno nos ha dado. Al contrario de Carlos Drummond Andrade, el gran poeta que nos ha regalado sus bellas palabras en forma de verso. ¡Sí, mi mundo se ha hecho mejor con él! Sus poesías me acompañaron en mi turbulenta adolescencia, mi confusa juventud y aún están a mi lado ahora que empiezo a poner los pies en la madurez. ¡Celebro a Drummond!
Tanto me ha dado él, que hoy le daré algo yo. Le regalaré una María a su Jose. ¡Así es! Si Drummond tiene a José yo tengo a mi María:
Los recuerdos de María
¿Qué pasa María?
¿Estás sola?
¿No tienes con quién hablar?
Quién imaginaría que un día,
esto te podía pasar
Dicen que a los hijos
hay que crearlos para el mundo.
Para que puedan las oportunidades aprovechar.
Pero, ¿dónde estaba el mundo,
cuando tus cinco hijos tuvieron la varicela,
y tu sola los cuidaste,
pasando las noches en vela?
¡Ah, María! Pena me das.
El tiempo ha cambiado
y no hay nadie a tu lado.
Además, estás vieja, achacosa y sola.
Sin nadie que te quiera cuidar.
¿Te acuerdas cuando eras
el centro de las atenciones?
¿Recuerdas cuando el mundo
giraba a tu alrededor?
En aquellos tiempos eras feliz
y no lo sabías, María.
Ruido por toda la casa,
los niños siguiéndote a todos los lados,
haciéndote mil preguntas,
como si tuvieras todas las respuestas.
Estabas siempre ocupada,
muchas veces te sentías agobiada
y en desaparecer pensabas.
¿Te acuerdas como eras fuerte,
decidida y llena de vida?
Yo sé que te acuerdas María.
Porque lo único que te queda,
lo que te hace compañía,
son los recuerdos de tu antigua vida.
(Claudine Bernardes)
Espero que os haya gustado, ahora os dejo «José» la primera poesía de Carlos Drummond de Andrade que he leído. Esa es también mi poesía favorita (Espero haber hecho un buen trabajo con la traducción).
JOSÉ
¿Y ahora, José?
La fiesta se acabó,
la luz se apagó,
el pueblo desapareció,
la noche enfrió,
¿y ahora, José?
¿y ahora, usted?
¿Usted que es sin nombre,
que se burla de los otros,
Usted que hace versos,
que ama, protesta?
¿Y ahora, José?
Está sin mujer,
está sin discurso,
está sin cariño,
ya no puede beber,
ya no puede fumar,
escupir ya no puede.
la noche enfrió,
el día no vino,
No vino el tranvía,
la risa no vino,
no vino la utopía
y todo acabó
y todo huyó
y todo se dañó,
¿y ahora, José?
¿Y ahora, José?
su dulce palabra,
su instante de fiebre,
su gula y ayuno,
su biblioteca,
su labranza de oro,
su traje de cristal,
su incoherencia,
su odio – ¿y ahora?
Con la llave en la mano
quiere abrir la puerta,
no existe puerta;
quiere morir en el mar,
pero el mar se secó;
quiere ir a Minas,
Minas no hay más.
José, ¿y ahora?
Si usted gritara,
si usted gimiera,
si usted tocara
el vals vienés,
si usted durmiera,
si usted se cansara,
si usted muriera…
Pero usted no muere,
¡usted es duro, José!
Solo en la oscuridad
sin teogonía,
como un animal herido,
sin pared alguna
para recostarse,
sin caballo negro
que huya al galope,
¡usted marcha, José!
José, ¿hacia dónde?
(Carlos Drummond de Andrade)
Hoy hemos terminado la semana de Drummond. Gracias por tu compañía y espero tus comentarios. ¡Hasta pronto!
Preciosos poemas. La reflexión cuando llega la vejez después de haberlo dado todo y encontrarse sólo/a. Pero, y si a José le presentamos a María? Un saludo.
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Gracias Maria Jesus. Debe ser duro llegar a la vejez y después de haber dado tanto de si, no recibir nada, a parte del abandono. Aquí en España he conocido a muchos mayores en estas condiciones, por esa razón he escrito este poema. Pero, es verdad, a lo mejor le presentamos María a José y ellos pueden ahogar sus penas juntos jejejej. Gracias por tu aportación 🙂 que tengas una linda semana.
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[…] (Para leer el texto en Español pincha: 31 de Octubre, el día de Drummond) […]
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