Os dejo uno de mis poemas favoritos y que nos muestra la esencia del oficio de escribir. Se trata de un poema del GRAN escritor brasileño MANOEL DE BARROS.
«Manoel de Barros (Cuiabá, 1916-Campo Grande, 2014), es uno de los autores más originales dentro de una tradición literaria como la brasileña, que justamente sobresale por producir fenómenos raros y de ruptura, síntoma que habla de un continuo entramado de libertades capaces de derribar límites y fundar transgresiones que posteriormente también son transgredidas»
RICARDO ALBERTO PÉREZ
Texto: El niño que cargaba agua en el colador (Original en portugués: O menino que carregava água na peneira). Autor: Manoel de Barros. Traducción y presentación: Claudine Bernardes
EL NIÑO QUE CARGABA AGUA EN UN COLADOR
Tengo un libro sobre aguas y niños.
Sobre todo me gustó un niño que cargaba agua en un colador.
Su madre le dijo que cargar agua en el colador
era lo mismo que robar un viento y salir corriendo con él
para mostrárselo a sus hermanos.
La madre dijo que era lo mismo que cosechar cardos del agua.
Que criar peces en el bolsillo.
Aquel niño era dado a despropósitos.
Quiso montar los cimientos de una casa sobre las gotas de rocío.
La madre observó que que al niño le gustaba más lo vacío
que lo lleno.
Decía que los vacíos son más grandes e incluso infinitos.
Con el tiempo aquel niño que era curioso y peculiar,
porque le gustaba cargar agua en el colador,
con el tiempo descubrió que escribir era lo mismo
que cargar agua en el colador.
Al escribir el niño vio que era capaz de ser monja,
fraile o mendigo al mismo tiempo.
El niño aprendió a usar las palabras.
Vio que podía hacer travesuras con las palabras.
Y empezó a hacer travesuras.
Fue capaz de interrumpir el vuelo de un pájaro
poniendo un punto al final de la frase.
Fue capaz de modificar la tarde poniendo lluvia en ella.
Aquel niño hacía prodigios.
Hasta hizo una piedra dar flor.
La madre observaba al niño con ternura.
La madre le dijo: Hijo mío, vas a ser poeta.
Vas a cargar agua en el colador la vida toda.
Vas a llenar los vacíos con tus travesuras.
Y algunas personas te han de amar por tus despropósitos.
